¿Sabes por qué te cuesta tanto dejar de comer queso?

Muchas son las personas que adoran los quesos y que los incluyen en todas sus recetas: ya sea en un plato como aperitivo o como ingrediente top de las recetas más saludables. Y es que una vez te pones a comer queso, parar resulta una tarea complicada.

Pero más allá del simple placer de disfrutar de su olor y sabor, hay estudios que señalan que esa «adicción» tiene su explicación científica que se encuentra en una sustancia que contiene que se denomina caseína.

Probablemente esto te suene a chino, pero déjame contarte que esta proteína, al ser digerida por el organismo, hace que nuestro cuerpo segregue otra denominada B-casomorfina. ¿Esta palabra te sugiere otra parecida? ¿Morfina, quizás? Por ahí anda la respuesta.

¿Por qué nos cuesta tanto dejar de comer queso?

Como te adelantábamos antes, el queso tiene algo que lo hace irresistible para nuestro paladar. Se trata de la misma leche con la que está elaborado, ya que ésta contiene una sustancia que se conoce como caseína. A pesar de que la caseína también se encuentra en la leche, la concentración en el queso es mucho mayor.

Tiene un origen proteico y, al ser digerida por el organismo, produce otra denominada B-casomorfina, y es aquí donde empieza todo. Ya sólo con su nombre nos hacemos una idea de por dónde van los tiros, y es que eso de «-morfina» nos hace pensar en el conocido opiáceo que tanta adicción genera.

No obstante, esto no significa, ni mucho menos, que estemos diciendo que el queso genera una adicción tan fuerte como la morfina. Ahora bien, lo que parece claro según diversos estudios, es que esta sustancia es capaz de generar en el organismo una sensación de placer que «engancha», como expresaríamos popularmente.

¿El queso genera adicción?

Esa sensación placentera está vinculada con el círculo de recompensa que se activa en el cerebro, y que implica una gran cantidad de factores bioquímicos. Es muy parecido a lo que nos ocurre cuando comemos chocolate. ¿Pero esto es suficiente para considerarlo una adicción? Lo cierto es que no.

Según los expertos, una adicción debe cumplir con tres criterios:

1. debe existir un patrón problemático de consumo

2. un síndrome de abstinencia

3. una tolerancia creciente

El queso nos gusta por muchas razones y ya hemos visto que produce una sensación de placer, pero parece que hablar de «adicción» es ir demasiado lejos. Además, tal y como señalan los expertos, teniendo en cuenta que el poder de la casomorfina es diez veces menos fuerte que la conocida morfina, su perfil adictivo no es tal.

Del mismo modo, los recién nacidos también encuentran esa misma sensación placentera en la leche materna a través de la lactancia gracias a la caseína que, al entrar en nuestro organismo se convierte en B-casomorfina.

Curiosidades del queso

  • El origen del queso es un misterio ya que no existe información exacta. Si bien es cierto que los expertos creen que data en el 6000 AC en Mesopotamia.
  • Existen más de 2.000 variedades de queso en todo el mundo. Parece que los más consumidos son el cheddar, el parmesano, la mozzarella y el brie.
  • El queso se presenta en forma de rueda por un motivo de practicidad ya que es la forma originaria en la que se producía para poder hacerlos rodar y facilitar así su transporte.
  • El país más amante del queso es Grecia, ya que es donde más cantidad de queso se consume por habitante.
  • El mayor productor de queso del mundo es Estados Unidos.
  • La primera fábrica de queso en todo el mundo se estableció en Suiza en el año 1815, aunque la producción a nivel masivo se fijó en Estados Unidos en el año 1851.
  • Turófilos: así se les llama a los amantes del queso. Esta curiosa palabra proviene del griego Tyros (que significa queso) y Philos (que significa amante).
  • Los expertos recomiendan que la temperatura ideal para consumir el queso es entre 18º y 20º para los blandos, y entre los 22º y los 24º para los duros o semi duros.
  • Galicia es la zona de España en la que se celebran más fiestas que exaltan este producto.
  • El ‘Pule‘ es el queso más caro del mundo y se fabrica en Croacia. Su precio puede alcanzar hasta los 1.000 euros.

¿Conocías todas estas curiosidades sobre el queso? ¡Esperamos que te haya gustado!

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