Cómo conservar tu botella de vino en casa

Si eres aficionado al vino seguro que tienes por casa más de una botella de vino esperando a ser abierta en una ocasión especial o simplemente abrirla un día que quieras darte un caprichito porque sí. Cada día es único e irrepetible, ¿por qué no tomarlo como un motivo de celebración, empezar esa botella de vino que llevas tiempo queriendo abrir?

Pero hasta que ese momento llegue, debes saber que no puedes guardar tu botella de vino de cualquier manera. De no hacerlo de forma correcta, podrías hacer que pierda sus propiedades e incluso llegar a estropearse. Por ello, desde el blog de Jamón Puro Bellota, te contamos algunos consejos para conservar tus botellas de vino en casa.

1. Cuida la posición de las botellas

En la mayoría de los casos, se recomienda conservar las botellas de vino en posición horizontal. Colocar las botellas de esa forma hace que se mantenga la humedad del corcho y se evite que este se seque. Esto es importante, ya que, si el tapón se seca, corre el riesgo de perder su elasticidad y, como consecuencia, el cierre de la botella puede dejar de ser hermético y que el vino llegue a oxigenarse.

Ahora bien, si acabas de comprar una botella de vino y sabes con certeza que la vas a consumir antes de un mes, no será necesario que la guardes en posición horizontal.

En el caso de las botellas de vinos espumosos, sí que pueden conservarse en posición vertical. La presencia de gas carbónico en su interior tiende a subir y esto permite que se mantenga el nivel de humedad adecuado en el tapón.

2. ¿Dónde guardar tus botellas de vino?

¿No sabes si es mejor guardar tus botellas en el salón o en la cocina? Para ello, lo que tienes que considerar es la temperatura de la estancia donde las vayas a guardar. Lo idóneo es conservar tu botella de vino a una temperatura inferior a 15 ºC. Si conservas tus botellas de vino a una temperatura superior, estarás alterando la actividad microbiana y, en consecuencia, los componentes del vino, pudiendo llegar a estropearse.

Al final, los cambios de temperatura bruscos, son los mayores enemigos a la hora de conservar nuestros vinos. Lo mejor sería guardar nuestras botellas en una cava climatizada que permitiese ajustar temperaturas y mantenerlas constantes. Pero si no es posible, procura mantener la humedad del lugar de almacenamiento de tus botellas entre un 60% y 70% y sin cambios de temperatura importantes.

3. ¿Mejor con o sin luz?

La oscuridad siempre será tu mejor aliada para conservar tus botellas de vino. ¿Te has fijado alguna vez en el color en el que van embotellados los vinos? Si te das cuenta, los vinos tintos suelen ir en botellas de color verde oscuro. Esto no es algo puntual. De esta forma, se protege al vino de la luz exterior.

¿Y qué pasa con los vinos blancos y los rosados? Las botellas de los vinos blancos y de los vinos rosados son transparentes y no tienen color. ¿Significa esto que la luz no afecta a este tipo de vinos? La respuesta es un rotundo NO.

La luz les afecta incluso más por no tener esa protección del color en la botella. Factores económicos o el marketing son los causantes de que las botellas de vino blanco sean transparentes. Y es que, este tipo de vino entra mucho por los ojos y desde el punto de vista del marketing es preferible que el consumidor lo vea. Por ello, tanto con los blancos como con los rosados, es todavía más importante almacenarlos en un lugar con poca luz.

4. Aleja tus botellas de vino de olores fuertes

Las botellas de vino son envasadas con cierre hermético pensado para conservar el sabor y los matices del vino hasta que este se abra. Sin embargo, como hemos podido ver, factores como la colocación de la botella o incluso el paso del tiempo, pueden hacer que ese cierre deje de ser hermético.

Si esto pasa, lo mejor es tener tu botella guardada en un ambiente alejado de olores fuertes. Para evitarlo, tendremos que cuidar la ventilación del espacio donde guardemos las botellas de vino. De esta forma, también estaremos regulando la humedad del ambiente y evitando la aparición de hongos.

5. Cuidado con los tiempos de conservación

Es muy común pensar que el vino mejora con el tiempo, pero la realidad no es así. Para saber cuáles debemos consumir antes y cuáles podemos conservar se deben tener en cuenta factores como la edad del vino, procedencia, tipo de uva, el tiempo y tipo de crianza… Y especialmente, habrá que fijarse en el lugar donde han estado almacenadas las botellas.

Para no complicarte demasiado, debes saber que los vinos jóvenes deben beberse en el año que se cosechan. Los crianza, pueden beberse hasta 5 años después. Y, por último, los reserva y gran reserva, pueden almacenarse durante uno 10 o 15 años aproximadamente. Pero sobre todo, lo más importante será que nos fijemos en los tiempos de conservación que nos indique la bodega.

Con estos 5 consejos, podrás mantener tus botellas de vino intactas, a la espera de que llegue ese momento especial y disfrutes de una deliciosa copa de tu vino favorito. ¿Y si te relajas con alguno de los vinos de nuestra web ? 😉

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